miércoles, 26 de febrero de 2014

Rescatado del blog antiguo: GALLETAS RAJADAS DE TRIPLE CHOCOLATE


Continuando con el rescate de los posts de galletas, acá les traigo uno MUY pedido. Estas galletitas tienen una presentación muy original, no requieren ningún molde "especial” y se conservan bien por varios días en un recipiente hermético. Si nunca las has probado antes, te puedo decir que estas galletas son un “pecado” de chocolate… o un híbrido entre un brownie amelcochado y una galleta chiclosa de chispas de chocolate. Sea como sea que quieras describirlas, te aseguro que son deliciosas (pero no muy “light” que digamos, ¡así que no te las comas todas de una sola tanda!).

Galletas rajadas de triple chocolate
  
¿Qué esperas? ¡Manos a la obra!

Ingredientes (para aproximadamente 3 a 4 docenas de galletas):
125 gramos de chocolate (amargo o semi-amargo)
¼ taza (60 gramos) de mantequilla sin sal
2 tazas (220 gramos) de harina sin preparar
½ taza (55 gramos) de cocoa sin endulzar (cernida si es que tuviese grumos)
2 cucharaditas de polvo de hornear
½ cucharadita de sal
4 huevos
2 tazas (450 gramos) de azúcar blanca
1 cucharadita de esencia de vainilla
1 ½ tazas (280 gramos) de chispas de chocolate (semi-amargas de preferencia)
½ taza (55 gramos) de azúcar en polvo (impalpable)

Preparación:

1. Derrite el chocolate con la mantequilla en un recipiente pequeño. Puedes hacerlo en el microondas en intervalos de 30 segundos a potencia máxima (moviendo después de cada 30 segundos) hasta que se derritan por completo, o colocando el recipiente sobre una olla con agua caliente (sin que el agua “toque” el recipiente) y moviendo constantemente hasta que todo se haya derretido. Obviamente el método del microondas es mucho más rápido. Reserva a un lado.

Derrite el chocolate con la mantequilla

2. En otro recipiente, mezcla bien los ingredientes secos: harina, cocoa, polvo de hornear y sal. Si la cocoa tuviese muchos grumos, te recomiendo cernirla una vez. Reserva a un lado.

Aparte combina los ingredientes secos

3. En un recipiente grande, bate los huevos, las 2 tazas de azúcar blanca y la vainilla. Puedes batir a mano o con batidora. Bate hasta que la mezcla tome un color claro y espese, lo cual te va a tomar unos 3 minutos en la batidora o 5 minutos a mano.

Bate los huevos, el azúcar blanca y la vainilla

4. Agrega la mezcla de chocolate y mantequilla a la mezcla de huevos. Bate suavemente hasta que se combinen por completo.

Agrega la mezcla de chocolate derretido a la mezcla de huevos

5. Agrega los ingredientes secos a la mezcla anterior. Bate suavemente hasta que se combinen por completo.

Agrega los ingredientes secos a la mezcla anterior

6. Agrega las chispas de chocolate a la mezcla anterior y mueve hasta que se distribuyan uniformemente.

Agrega las chispas de chocolate

7. Cubre el recipiente con plástico y llévalo a la refrigeradora por lo menos 2 horas o hasta por 3 días.  Este paso es muy importante para poder formar las galletas, así que no te lo saltes.

8. Cuando ya vayas a hornear las galletas, precalienta el horno a 165ºC (aproximadamente 325ºF) y cubre tus latas de horno para galletas con papel manteca o una cobertura de silicona. Asegúrate que la rejilla del horno esté ubicada al centro.

9. Coloca el azúcar en polvo en un recipiente pequeño. Para formar cada galleta, toma una porción de aproximadamente 1 cucharada colmada, forma una bola entre tus manos y deposítala en el recipiente con azúcar en polvo. Muévela hasta cubrir la masa por completo con azúcar y luego colócala en la lata para horno que preparaste. Repite hasta llenar la lata. No las pongas muy juntas o se pegaran al estirarse en el horno.

Forma bolitas de masa y cúbrelas con el azúcar en polvo

10. Hornea cada lata (una por una) hasta que las galletas estén rajadas y se sientan ligeramente firmes al tocarlas con los dedos. Aún van a verse un poco blandas, pero terminarán de endurecerse al enfriar. Esto debe tomar entre 13 y 17 minutos dependiendo de tu horno. 

11. Deja enfriar las galletas en la lata por 5 minutos y con mucho cuidado levántalas y déjalas terminar de enfriar en una rejilla. Ten cuidado al levantarlas (puedes utilizar una espátula) para que no se vayan a romper pues quedan frágiles hasta que se enfrían por completo.

Recién salidas del horno


¡Espero que te gusten!

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